jueves, 28 de febrero de 2013

8. Una soleada tarde de febrero.

Vio pasar en el auto a sus vecinos, Esther y su inquieto hijo, y les dedicó una sonrisa mientras su madre, que caminaba a su lado, los saludaba alegremente. Aquel parecía otro día normal, pero no lo era para la chica. Apenas llegaron a la casa y ayudó a su madre a guardar las cosas que habían comprado en el mercado mas cercano, se fue a su cuarto. Tenía solo 15 años, pero para ella todo aquello era muy real, y le dolía muy en el fondo de su alma. El chico que desvelaba sus noches se mudaría a otro país, para seguir sus sueños, ¿y ella? Ella que no se animaba a decirle lo que sentía, ¿pero que caso tenía? Al día siguiente el se mudaría lejos, lejos de ella y de todo lo que le pudiera dar. 
No se sentía igual a todos los adolescentes, ella prefería estar en su casa, enterrada en los libros, volando mas allá de éste mundo con la magia de la literatura, para ella, eso era mas importante que los chismes sobre las chicas del grupo de al lado. Prefería escuchar Cocteau Twins, Clan of Xymox o Siouxcie and the banshees, antes de ponerse a escuchar alguna de las cancioncitas reggetoneras del momento... Tampoco es que la chica odiara todo lo actual, o viviera casi que en un mundo a parte, pero sus preferencias no eran las de la mayoría. Tenía amigos, un grupo reducido, que aunque no eran como el resto, tampoco eran como ella, pero no le importaba, porque ellos podían comprenderla y sentía que podía confiar en ellos. Sin embargo una cosa no les había confiado, porque hasta vergüenza le causaba, y era su amor casi platónico con uno de los chicos de su clase. Él era popular y atlético, todo lo opuesto a lo que cualquiera pensaría que ella se fijaría, y sin embargo  allí estaba, encerrada en su cuarto triste por la partida de su primer amor.
Abrió el reproductor de música de su computadora, y puso a reproducir la canción Suckling the Mender de Cocteau Twins. Poco a poco se dejó llevar con el ritmo de la canción... Sintió mucha inspiración y ganas de desahogarse. Abrió un Block de notas, y comenzó a escribir...
"La niña está sola,
la niña está triste
soñando a la sombra
el día en que te fuiste"
Quitó sus manos del teclado, y releyó aquellos versos una y otra vez. Reflejaban sus mas puros sentimientos, su situación, ella misma, y en aquella habitación en una soleada tarde de febrero, nació un poeta.


Inspirada en un hecho real. Es realmente la primer estrofa del primer poema que escribí.
Se lo dedico Diego, un amigo de oro, y con quien nos estamos embarcando en una gran aventura, que es escribir. Gracias por todo. 

2 comentarios:

  1. Awww ! Presentame a esa chica, es ideal para mí !

    Ja ja gracias por la dedicación, te quedó re lindo.
    te quiero mucho amiga !

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