Recostado en su cama no podía dejar de pensar en ella, desde
el accidente de su hermano se había dado cuenta de los verdaderos sentimientos
que ella despertaba en el. Le gustaba, y mucho. Pero él estaba seguro que a
ella no le pasaba lo mismo, casi podía asegurar que le gustaba Álex, era el
típico galán del liceo, y encima de todo, tenía esa camioneta, en la que,
obviamente no se podía quejar de todos los paseos, pero que obviamente le
despertaba un poco de envidia, y claro, sentía que no podía competir contra
alguien como él. Sintió un par de bocinazos, y supo que eran ellos, bajó las
escaleras, le avisó a su madre que iba a salir con sus amigos, y vio a su
pequeño hermano que recién había llegado del jardín, y ya estaba jugando en la
alfombra, construyendo alguna especie de ciudad con todo lo que encontraba. El
pequeño miró a su hermano y le pidió que jugara con él, pero el chico tenía
prisa, sus amigos le habían dado un segundo bocinazo, así que le pidió
disculpas, y salió por la puerta, mientras veía a su hermano cruzarse de brazos
enojado.

No hay comentarios:
Publicar un comentario