lunes, 23 de septiembre de 2013
12. "Yo también. :)"
Cruzó a un par de chicos que se saludaban en la parada de un ómnibus, la chica con una flor en las manos y la mirada esperanzada, y el chico, con un aspecto de no haber dormido en días. Aquello no sabía si tenía que parecerle tierno, o si solo era una pareja normal en un día extraño. La extraña situación le recordó algo, mas bien alguien, y alguien muy especial, alguien que últimamente no salía de sus pensamientos. En menos de una semana, aquella chica se había robado su aturdido corazón, y aunque tenía miedo, estaba decidido a intentarlo, peor de lo que le estaba yendo, no podía irle. Se iba a lanzar del avión sin fijarse en el paracaídas, la adrenalina se sentía bien, y confiaba en ella, no sabía porqué, pero confiaba.
Tomó el celular para escribirle un mensaje de texto, y se alegro al sentir que el mismo vibraba en su mano y en la pantalla aparecía su nombre. Lo abrió con una sonrisa de oreja a oreja, esa sonrisa boba, de enamorado completamente, y sus ojos brillaban, contentos, como hace mucho que no lo estaban, como un niño al que le acababan de regalar una bicicleta.
Era gracioso, ella también había visto a una pareja pasar, y tenía una extraña sensación de que lo extrañaba, aunque ni siquiera se habían visto en persona ni una sola vez. Aquello cada vez era mas loco, y eso lo hacía mas hermoso. El chico se detuvo antes de chocar de frente a una señora que llevaba del brazo -a lo que parecía ser- su nieta, se hizo a un lado sonriendo y se apoyó en una pared. La señora refunfuñó algo inaudible, que al chico solo lo hizo sonreír más.
Leyó el mensaje por décima vez, y apretó el botón de "Responder". Pensó palabra por palabra de lo que estaba escribiendo, y releyó el mensaje al final antes de enviarlo, estaba tan distraído últimamente que no quería estropearlo todo. No ahora. No con ella.
Recordó las muchas veces que había mandado mensajes equivocados, o sin sentido, o incluso, llamado dormido a uno de sus amigos, y se mordió el labio inferior mientras sacudía levemente su cabeza a los lados pensando en su estupidez.
Pulsó enviar, y con ese mensaje, enviaba su corazón, su sentir, su emoción...
"Hola!!! No lo vas a creer pero me pasó exactamente lo mismo hace un rato, te iba a escribir y me llegó tu mensaje! Yo también te extraño :$ Es tan loco todo esto... No creo que pueda esperar dos semanas a que vuelvas de vacaciones... Quiero verte, y ta, lo voy a decir, y espero que no desaparezcas... Te quiero."
Miro directamente hacia el sol, cerró los ojos y dejó que la luz bañara su cara, hacía calor, se sentía bien.
La respuesta -afortunadamente- no se hizo esperar, "Yo también. :)"
viernes, 24 de mayo de 2013
11. Una mirada y una flor.
Levantó la vista y vio a una pelirroja bajar del ómnibus, remerita blanca con el logo de alguna banda de rock de esas desconocidas, pollera escocesa, championes negros, y mirada perdida. Le recordó a una actriz de Hollywood, la que en una película usaba una A roja en su ropa... pero no recordaba su nombre... Mientras seguía sumida en sus pensamientos, la interrumpió su celular vibrando en el bolsillo, Nicolás le avisaba que estaba cerca de llegar. Sus ojos se iluminaron, un rubor subió a sus mejillas, y se alegró de no haber agarrado ninguna campera como su madre le había dicho, era pleno febrero, imposible que pudiera hacer frío, y menos para ella, menos ese día.
Pero instantes después de ese "subidón" de energía, la aplastó la realidad, y recordó como era la situación: él era su amigo, casi que su mejor amigo, hacía dos días había terminado con su novia -su novia desde hace año y medio- y la salida era solo para.... ¿despejarse? Era un simple hombro en el cual él podría llorar y desahogarse, ¿se tenía que poner feliz por eso...?
"Sos una idiota" - Se dijo a si misma, una sombra ocupó el brillo de sus ojos, y bajó la mirada...
Cerró los ojos, respiró hondo, y los volvió a abrir... y allí, frente a ellos, había una pequeña flor blanca, quizá una margarita, sostenida por una pequeña manito, giró la cabeza, y lo vio: un pequeño niño que apenas estaba empezando a caminar, le estaba extendiendo una flor, y unos pasos mas atrás, venía una madre alterada persiguiendo al pequeño. Por unos segundos que parecieron eternos, sus miradas estuvieron conectadas, el niño sonreía marcando un par de hoyuelos, y ella simplemente le dedicó una pequeña sonrisa. Tomó la flor, y dejó que el niño se fuera con su madre que parecía un poco preocupada por el contacto de su hijo con una desconocida.
La chica miró la pequeña flor entre sus manos, levantó la vista, y vio a Nicolás, y de alguna manera, supo que tenía que hacer.
- ¡Hola Inés!
- Hola... - le dijo, sonriendo a pesar de todo.
"Vamos, pues, porque es vano buscar aquí a quien no quiere ser encontrado". - Romeo y Julieta.
jueves, 21 de marzo de 2013
10. Amores de bondi.
Acababa de terminar de editar su último vídeo del vuelo de ésta mañana. Se sentía muy feliz. Volar era su vida, y era lo único que podía llenarla, aunque últimamente sintiera que eso ya no era así, le pasaba algo mas... le faltaba algo mas... Compartió el link en facebook, y quiso compartir además con uno de sus amigos, cuando estaba con el dedo índice casi sobre el "enter", su amigo se desconectó. Instantáneamente pensó - "seguro que está mal de amores, como siempre... algún día aprenderá..." y dejó el pensamiento inconcluso. Revisó sus notificaciones y contestó un par. Ni la Internet era divertida últimamente, ¿qué era lo que le estaba faltando?
Tomó su celular y los auriculares, buscó la boletera entre millones de papeles, hasta que la encontró, y se dirigió a la puerta de su casa, cuando estaba por abrir, se dio cuenta que se olvidaba de las llaves, así que volvió a su cuarto, y afortunadamente las encontró en el piso. Las levantó y salió nuevamente.
Dio algunos pasos hacia la calle, y ya sintió el calor, aquel febrero estaba siendo interminable, y eso que era el mes mas corto del año, que irónico. A un par de cuadras se detuvo en la parada, y se apoyó contra el muro de una casa cercana, mientras tarareaba una canción de los Rolling Stones.
Subió al ómnibus a la hora de costumbre, saludó al chofer, ya era como si fueran conocidos, lo que tienen las rutinas es que puedes llegar a sentir que conoces a muchas personas por verlas todos los días, aunque sin embargo hayan cruzado dos palabras, o quizá ninguna. Caminó hacia el fondo del ómnibus ya en marcha tomándose ocasionalmente de algún asiento para no perder estabilidad. Eligió uno de los últimos asientos, pegado a una de las ventanas, se sentó, y allí estaba, su mirada la buscó casi sin pensarlo al instante, y si, ella estaba allí, unos asientos mas adelante. Aquel cabello pelirrojo y ondas eran inconfundibles. Todas las tardes se tomaban el mismo ómnibus, él, iba al gimnasio, ella, quién sabe a dónde. Es más, no sabía como se llamaba, ni su edad (aunque aparentaba unos 22), ni a dónde iba, ni porqué, y sin embargo, el sentía que la conocía, algo en ella lo conmovía, lo llenaba, y por aquellos 15 minutos que compartían en el mismo sitio, él, se sentía feliz. Ésta vez, se atrevió a pensar en algo mas, ésta vez, se permitió a pensar en el porqué de que aquellos 15 minutos lo llenaran tanto, y descubrió que era lo que le faltaba. Él quería amor, no de ese típico amor de película romántica, el quería una amiga que fuera algo mas, una compañera. Pero... ¿y que hacía? ¿le hablaba así como así? ¿intentaba sentarse la próxima vez con ella y quizá charlar? ¿porqué estaba pensando todo eso ahora? Sumido en sus pensamientos, divisó una sucursal del Banco República en donde el ómnibus hizo una parada, él sabía que ella bajaría en la próxima. Y así fue, la chica comenzó a pararse, pidió permiso a una señora, y llegó al final, tocó el timbre y esperó. Él vio su mano agarrada en uno de los tubos amarillos típicos del ómnibus y casi sonríe, ¿qué era aquella sensación?
Desvió la mirada, hacia la ventana e intentó aclarar su mente. La chica unas cuadras después bajó, y el la vio caminar en dirección contraria a la que el ómnibus se dirigía. Que extraño era todo.
"Mejor nos dejamos de locas pasiones..." - se dijo a si mismo - ¡¿a quién se le va a ocurrir enamorarse en un ómnibus?! - y al fin, sonrió.
viernes, 8 de marzo de 2013
9. Locked out of heaven.
'cause you make feel like, I've been locked out of heaven, for too long♫
La música invadió toda la habitación, aquel cantante le apasionaba, y esperaba algún día cantar al menos la mitad de bien que aquel. Tomó su guitarra y comenzó a interpretarla el mismo, se sentía confuso, enojado, ¿qué debía sentir? ¿que debía pensar? Definitivamente, primero, necesitaba un baño... ¡que calor que estaba haciendo!
Buscó en un montón de ropa sobre una silla, alguna camiseta limpia, y buscó la toalla en el placar, cuando sintió el sonido de su computadora que le indicaba que alguien le había hablado en Facebook. Se sentó en su silla y giró un poco con el impulso y tomó el mouse. Definitivamente tenía que limpiar su escritorio, estaba lleno de papeles y porquerías por doquier. Sus sospechas eran ciertas, era ella, dudó un breve instante, y abrió la conversación... ¿Porqué todo tenía que ser tan difícil? ¿Qué podía responder? La ignoró. Cerró cesión y se metió en la ducha. Otra vez la había ignorado, se sentía fatal, pero responderle podría agravar mas las cosas... ¿Porqué siquiera había quedado de verse con aquella otra chica? Eso tampoco lo sabía, actuaba por inercia Estaba mal, muy mal, pero ya no le importaba nada. Dejó que el agua fría cayera directamente en su cara, y sonrió. Si, ella no le importaba mas.
Salió de la ducha, y se puso los championes. También necesitaba championes nuevos, aquellos estaban a punto de agujerearse. Luego de estar vestido y calzado, se quedó unos segundos en su cama sentado, sin pensar. Se dio vuelta para tomar otra vez su guitarra y su madre apareció en la puerta. Le pidió que bajara con ella a hacer las compras al mercado mas cercano, y resignado aceptó. Pero antes de salir, tomó sus auriculares y los conectó a su celular, así nadie podría molestarlo.
And I don't want the world to see me
'couse I don't think that they'd understand
When everything's made to be broken
I just want you to know who I am ♫
'couse I don't think that they'd understand
When everything's made to be broken
I just want you to know who I am ♫
Cruzó la mirada con aquella chica que creía haber visto ya por el barrio, era "friki" e iba con su madre, extraña combinación. Sus miradas se conectaron, y por un segundo, el sintió que esos ojos lo comprendían... Un pequeño segundo. ¿Y el resto? El golpe de la realidad. Las acciones. Las confusiones. Su realidad.
I'm sorry, I can't be perfect.
I'm sorry, I can't be perfect.
jueves, 28 de febrero de 2013
8. Una soleada tarde de febrero.
Vio pasar en el auto a sus vecinos, Esther y su inquieto hijo, y les dedicó una sonrisa mientras su madre, que caminaba a su lado, los saludaba alegremente. Aquel parecía otro día normal, pero no lo era para la chica. Apenas llegaron a la casa y ayudó a su madre a guardar las cosas que habían comprado en el mercado mas cercano, se fue a su cuarto. Tenía solo 15 años, pero para ella todo aquello era muy real, y le dolía muy en el fondo de su alma. El chico que desvelaba sus noches se mudaría a otro país, para seguir sus sueños, ¿y ella? Ella que no se animaba a decirle lo que sentía, ¿pero que caso tenía? Al día siguiente el se mudaría lejos, lejos de ella y de todo lo que le pudiera dar.
No se sentía igual a todos los adolescentes, ella prefería estar en su casa, enterrada en los libros, volando mas allá de éste mundo con la magia de la literatura, para ella, eso era mas importante que los chismes sobre las chicas del grupo de al lado. Prefería escuchar Cocteau Twins, Clan of Xymox o Siouxcie and the banshees, antes de ponerse a escuchar alguna de las cancioncitas reggetoneras del momento... Tampoco es que la chica odiara todo lo actual, o viviera casi que en un mundo a parte, pero sus preferencias no eran las de la mayoría. Tenía amigos, un grupo reducido, que aunque no eran como el resto, tampoco eran como ella, pero no le importaba, porque ellos podían comprenderla y sentía que podía confiar en ellos. Sin embargo una cosa no les había confiado, porque hasta vergüenza le causaba, y era su amor casi platónico con uno de los chicos de su clase. Él era popular y atlético, todo lo opuesto a lo que cualquiera pensaría que ella se fijaría, y sin embargo allí estaba, encerrada en su cuarto triste por la partida de su primer amor.
Abrió el reproductor de música de su computadora, y puso a reproducir la canción Suckling the Mender de Cocteau Twins. Poco a poco se dejó llevar con el ritmo de la canción... Sintió mucha inspiración y ganas de desahogarse. Abrió un Block de notas, y comenzó a escribir...
"La niña está sola,
la niña está triste
soñando a la sombra
el día en que te fuiste"
Quitó sus manos del teclado, y releyó aquellos versos una y otra vez. Reflejaban sus mas puros sentimientos, su situación, ella misma, y en aquella habitación en una soleada tarde de febrero, nació un poeta.
Inspirada en un hecho real. Es realmente la primer estrofa del primer poema que escribí.
Se lo dedico Diego, un amigo de oro, y con quien nos estamos embarcando en una gran aventura, que es escribir. Gracias por todo.
miércoles, 27 de febrero de 2013
7. Una gotita de agua.
Tocó el timbre del jardín que anunciaba la salida, aquel
niño tardó un poco en reaccionar porque estaba muy entusiasmado jugando con un
par de tapitas que había encontrado en el salón. Tomó su mochila, y salió
ordenadamente con el resto de sus compañeritos. Luego esperó en la entrada a la
llegada de su madre, casi siempre era el último en que recogieran porque su
madre trabajaba y salía directo a buscarlo. Así que esperó a que algunos niños
se fueran, y se sentó en el escalón de la puerta principal. Le sorprendió un
poco no estar solo con la maestra, sino que había otra niña mas ahí, ella
estaba muy seria, y la maestra también, así que él sacó las tapitas que había
encontrado en el salón, y jugó con ellas sin molestar a nadie.
A los pocos minutos apareció su madre en el auto, se
despidió de su maestra con la mano, y salió corriendo hasta el auto. Su madre
bajó el vidrio y saludó con la mano a la maestra, esperó que su hijo se subiera
atrás, y arrancaron. Pasaron a unos cuantos vecinos en el camino, a los cuales
la mujer saludó con la mano brevemente, mientras su hijo no paraba de hablar y
contar todo lo que había hecho en el día.
Apenas llegaron a la casa, el niño subió rápidamente a su
dormitorio, se sacó el delantal, la mochila, y bajó con algunos cuantos
cachivaches que tenía guardados, y se puso a construir una gran ciudad en el
medio del living. Su madre ya sabía que no había nada que hacer con aquel niño,
era muy activo e imaginativo, y lo único que podía hacer, era dejarlo ser, y no
crear un caos, con lo cansada que estaba. Mientras el niño hacía una torre con
botellas, ella le hacía la merienda. Luego sintió bocinazos y se imaginó que su
hijo saldría, era otro chico, al que debía dejar ser, al menos, no parecía que
se metiera en problemas.
El niño vio a su hermano bajar las escaleras y se ilusionó,
¡ahora podría jugar con el toda la tarde! Pero se desilusionó al recibir una
negativa. Nunca nadie tenía tiempo de jugar con él, vio a su hermano irse y
cruzó sus brazos mientras ponía su mayor cara de desaprobación y enojo. Apenas
su hermano salió, sintió que su madre le pedía que se lavara las manos para
merendar, que luego siguiera jugando. Eso lo enojó aun mas, no podía hacer nada
de lo que quería, comenzó a quejarse de que nunca lo dejaban jugar, y se metió
en el baño. Mientras se lavaba las manos, vio colgado el cordón de algún
champión que seguro su hermano había ensuciado jugando al futbol y había lavado
su madre y colgado ahí. De la punta del cordón estaba a punto de caer una
gotita de agua, el niño quedó maravillado por unos segundos con aquella pequeña
gota que pareció demorar segundos eternos en caer, a aquel niño todo le
resultaba fascinante, y así de inteligente e imaginativo que era, era de
inquieto. Sonrió, lavó sus manos, y bajó con mas ideas para hacer su ciudad.
Inspirado en el niño mas creativo que conozco, mi sobrino :) Te amo.
6. Injusta competencia.
Recostado en su cama no podía dejar de pensar en ella, desde
el accidente de su hermano se había dado cuenta de los verdaderos sentimientos
que ella despertaba en el. Le gustaba, y mucho. Pero él estaba seguro que a
ella no le pasaba lo mismo, casi podía asegurar que le gustaba Álex, era el
típico galán del liceo, y encima de todo, tenía esa camioneta, en la que,
obviamente no se podía quejar de todos los paseos, pero que obviamente le
despertaba un poco de envidia, y claro, sentía que no podía competir contra
alguien como él. Sintió un par de bocinazos, y supo que eran ellos, bajó las
escaleras, le avisó a su madre que iba a salir con sus amigos, y vio a su
pequeño hermano que recién había llegado del jardín, y ya estaba jugando en la
alfombra, construyendo alguna especie de ciudad con todo lo que encontraba. El
pequeño miró a su hermano y le pidió que jugara con él, pero el chico tenía
prisa, sus amigos le habían dado un segundo bocinazo, así que le pidió
disculpas, y salió por la puerta, mientras veía a su hermano cruzarse de brazos
enojado.
lunes, 25 de febrero de 2013
5. ¿Sonrisas?
Vio llegar a la camioneta doble cabina y no esperó
invitación, se subió a ella sin pensarlo, allí ya estaban todos sus amigos, y
su lugar al lado del conductor la estaba esperando. Saludó al conductor con un
beso en la mejilla, y a los restantes tres pasajeros que iban en el asiento de
atrás con la mano. Subió la música hasta el tope, sonaba alguna de esas
canciones típicas del verano, comenzó a cantarla con sus amigos, y arrancaron.
Sería una tarde como tantas otras, en donde la chica ocultaría tristezas debajo
de millones de sonrisas. Cruzaron por la escuela del barrio, y allí salía
aquella maestra de la cual ya no recordaba el nombre… ¿Cómo era posible que aún
estuviera trabajando? Más adelante pasó a un chico de su Liceo, con su hermana
de la mano, aquello realmente le dio ternura, y a la vez la entristeció
muchísimo… ella también quería a su
hermano con ella…
Notó que su amigo, el que estaba conduciendo la miraba, así
que respiró hondo, sonrió con una ancha sonrisa, y les dijo a todos que lo
mejor sería ir a la rambla a pasear un poco por la playa. Todos aceptaron
felizmente, y el ambiente volvió a ser el mismo, aunque nadie pareciera haberse
percatado de los últimos segundos tensos que su amiga había pasado. Todos
aceptaban que ella había podido superar rápido la muerte de su hermano en aquel
accidente de tránsito que había padecido con sus amigos en la rambla.
4. "La juventud está perdida"
Recordaba a aquel chico, había sido su alumno también, pero
no era como su pequeña hermana, ella era inteligente, aplicada, puntual, y muy
cálida, y aquel chico, siempre fue un poco distraído, y al ir creciendo, cada
día estaba más desaliñado. “La juventud está perdida”- pensó, y dejó que se
marcharan, ella quería estar temprano en su casa, para poder ver llegar a su
vecino, como todas las tardes, pero por culpa de aquellos chicos eso no podría
ser, estaba realmente enojada. No era suficiente con tener que aguantar día a
día a los niños con una media sonrisa, que ahora, también le quitaban el
privilegio de ver a Don Anselmo. Don Anselmo, el amor de su vida, hacía 20 años
que eran vecinos, y 10 que él había enviudado, y ella, soltera de toda su vida,
sabía que lo amaba, pero le parecía hasta estúpido. Se despidió de la
directora, y salió de la escuela, quizá aún su vecino no se había sentado a
mirar fútbol y podrían verse aunque sea unos minutos, tomó su vieja moto, su
fiel compañera, la encendió, anduvo unos metros hasta la entrada del jardín,
miró hacia los dos lados, y esperó a que pasara una camioneta 4x4 atestada de
adolescentes con música realmente alta. “La juventud está perdida”, pensó una
vez más mientras sacudía la cabeza, y se marchó.
domingo, 24 de febrero de 2013
3. Solicitudes y rechazos.
Abrió Facebook, tenía un par de notificaciones, una era
algún juego estilo CityVille, Farmville, o alguna de esas estupideces que
juegan las chicas. A ella la eliminaría, si, eso debería hacer, apenas la
conocía, y esa solicitud de juego había decidido su destino. Se dispone a poner
música en la computadora, y mientras abre el reproductor suena su celular, un
mensaje de su madre, que le avisaba que llegaría mas tarde aún, y que no se
olvidara de hacerle la merienda a su hermanita. Su hermanita, colegio, 5 de la
tarde, no, corrección, ya eran las 5.30, y el estaba allí en su computadora,
debía ir rápido, o llamarían a su madre y a él le quitarían el permiso para ir
a bailar el fin de semana, ¿como podía haberlo olvidado? Bajó la escalera
rápidamente, tomó su patineta en el camino, y se odió por no haber tomado nunca
clases de manejo, sino podría haber tomado el auto de su padre para ir a buscar
a su hermana. Tomó las llaves, cerró la puerta a toda velocidad, se puso la
capucha de su canguro, y salió a toda velocidad por la calle. Aquel camino se
lo sabía de memoria, aún así parecía que no llegaba mas, cuando iba a dos
cuadras, casi choca contra un muchacho que iba caminando distraído. Luego de
blasfemar por lo bajo, le pidió disculpas, todo sin detenerse, nadie podía
oponerse entre él, y esa fiesta. Al llegar a la puerta del jardín, allí estaba
su hermana sentada en el escalón de la entrada, con su maestra, que parecía un
poco enojada. Aquella también había sido su maestra, una señora poco agradable,
y muy arrugada, era increíble cómo podía seguir dando clases. Tomó su patineta
con una mano, y la otra se la pasó distraídamente por el pelo, y lo batió un
poco.
-Hola señorita López, disculpe la demora, yo...-Y no supo
como continuar, tomó la mano de su hermana, y se fueron.
2. El chico del supermercado.
Tomó la gomita sin pensarlo, y sonrió, aquella chica no
estaba mal, y aquello podría darle algo de esperanzas, sin embargo, lejos de
hacerlo feliz, lo hacía sentir una vez más la ironía del universo. Aquella
chica ni siquiera lo vio sonreír, y él, no dio las gracias. Terminó su turno,
el día parecía mas largo de lo común, pasó lo de siempre, y se fue a su casa.
En el camino cruzó a un chico en patineta, ninguno de los dos supo medir
distancias y casi chocan, el de la patineta gritó algún tipo de disculpa, o
insulto, y siguió su camino, el chico del supermercado simplemente continuó,
una vez más, no tenía suerte, pues, a pesar de que no lo buscara
intencionadamente, muchas veces se le cruzó por la mente la idea de morir, o de
por lo menos, tener un accidente grave, y que así, por fin, su vida fuera
interesante.
1. Ositos de goma
Aquella chica parecía realmente feliz, compró ositos de goma
en el supermercado, pensó que quizá estaba un poco elevado el precio de las
golosinas, pero la ocasión lo ameritaba. Pasó por el mostrador, pagó las
golosinas, y sin saber porque extraña motivación, antes de salir del local le
entregó una de las gomitas al chico del mostrador. El era feo, tan simple y
llano como eso, tampoco parecía tener una gran personalidad, pero todos
merecían algún tipo de atención de vez en cuando. El sonrió, ella no lo vio,
perdida en sus pensamientos abandonó el local.
Caminó dos cuadras, observó un pequeño perro que la miraba
resentida, ella pensó que se veía realmente estúpido, y luego no pudo evitar
extrapolar ese pensamiento a su propia situación actual. ¿Cómo podía estar
haciendo tanto calor en pleno julio? Calentamiento global, si, seguramente era
eso. Era la hora, él ya debería haber llegado, pero era Mathías, siempre
llegaba tarde a todos lados aunque saliera 5 horas antes de su casa y el
destino estuviera a 5 cuadras. Aguardó un momento más, nerviosa, se sentó en el
cordón de la vereda. Tomó un par de piedritas que estaban a su lado con
intención de tirarlas, luego lo pensó mejor, y se dio cuenta lo asqueroso que
era aquello, tomar piedras de la calle, ¿en que estaba pensando?
Buscó en uno de sus bolsillos la bolsita de gomitas, pero
comprobó con pesar que ya se habían acabado, ansiedad. Sintió un par de pasos,
y allí se acercaba el, gran sonrisa en el rostro, y pasos calmos y lentos en dirección
hacia su novia. Ella no aguantó más, se levantó, y antes que él pudiera llegar
a una posición cerca como para saludarla, ella habló. 4 palabras cortaron el
aire: "Esto no va más". Lo miró con resentimiento, él sabía a qué se
refería ella, pero francamente no lo espera, él pensaba que ella lo quería.
"Te quiero, pero me cansé", parecía haber adivinado su pensamiento.
El chico se acomodó, se sacudió la confusión, aspiró una gran bocanada de aire,
sonrió con hiriente orgullo, y se marchó.
Ella se volvió a sentar y comenzó a escribir un sms en su
celular, necesitaba apoyo, ¿Nicolás estaría disponible?
Él caminó ligero hacia su casa, se encerró en su cuarto,
prendió la computadora, comenzó a hablar con algunas chicas, sonrió
forzadamente algunas veces, puso música, y contra toda su voluntad, comenzó a
llorar, a llorar como un niño, y se odió por eso, por todo, como siempre.
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